20 May Grandigamo y sus Saltos de Oro. Micro reto de los jueves
Grandigamo y sus Saltos de Oro
El hombre se afanaba por recolocar una vez más su juego de mazas acrobáticas. Algunas estaban desconchadas y esperaban muertas de risa que alguien les hiciese un lavado de cara. Toda la troupe debía hacérselo, pero el último cobro que había percibido Grandigamo sucedió hacía cinco meses y se había disuelto entre deudas de juego, botellas de brandy y lupanares añejos.
Fortius Magnus había protestado el primero porque su mujer y él necesitaban la pasta para cuidar de su recién nacido, eso sí, vigilando que a él no se le fuera la mano al móvil para visitar los casinillos de apuestas de fútbol.
La mujer sable alegó ante Grandigamo que necesitaba una baja pagada para recuperarse de las últimas lesiones de esófago por su recurrente número del tragasables.
El acróbata Ramirov, que miraba con ojitos amorosos a Samaria, necesitaba efectivo para participar en la siguiente carrera de Racing urbano nocturno.
La vidente Violeta predijo en su tarot acontecimientos que cambiarían el futuro para mejor, pero aún quedaba una incierta espera, según las cartas de “El ahorcado” y la de “El Sumo sacerdote”.
Brandigamo descubrió al hombre alto, trajeado, de buena complexión y bien parecido, en el interior de su caseta de feria. Fue repentino, desconcertante.
—¿Qué desea, amigo? —espetó con voz rota el dueño de la compañía ambulante “Saltos de oro”.
—Soy nuevo aquí, soy nuevo aquí — repitió maquinalmente el recién llegado.
—Oye, algo averiado ronda tu cabeza, ¿no es cierto, gañán?
—¿Eh? ¿Cómo dices?, soy Tadeo Torres, el presidente ¿no me reconoces? Estoy aquí para algo, pero no sé cómo he aparecido por estos pagos de miseria. Tendréis lo que necesitáis, queridos. Me conmueve el circo, siempre lo ha hecho, más que nada por su triste huella de almas que sangran.
—¿Qué dices? ¿Estás loco? ¿Sabes la cantidad de deudas que tengo? Oye, ¡largo de aquí!
—No te interesa echarme. Estoy firmando una carta de pago como que has cancelado la deuda, aunque yo mismo me encargaré de que eso se lleve a cabo. Solo tienes que anotar aquí la cantidad.
»Haz la suma de todo lo que deben tus empleados en sus vidas privadas, lo añades a tus propias deudas personales y yo lo resolveré todo. ¡Ojo! Sabré casi al instante si me has tomado el pelo… y eso no te conviene.
—Estoy alucinando, bueno, me da igual, no creo que la cosa vaya a empeorar, así que, a ver, qué sumo… en total son… 60.000 euros. No sé si acabaremos los dos ingresados en el mismo asilo para enfermos mentales.
—En ese momento, Grandigamo escuchó horrorizado la reacción del recién llegado.
—Siii, me vuelvo pod aguii, siii… —y el recién llegado acabó saliendo por la puerta escoltado por unos señores de negro y pinganillo intercomunicador. La limusina que le esperaba casi no cabía en el camino que discurría junto a las roulottes de los artistas más afortunados del mundo. O no…
¿Te gusta este final? Si tienes otra alternativa ruego que lo indiques en la sección de comentarios, muchas gracias.
Esta es mi participación en el reto de los microrrelatos de los jueves . En esta ocasión lo organiza Mónica desde su blog y se lo agradezco sinceramente pues sé lo que cuesta.
Surrealismo circense
Se trata de centrarte en el contexto del circo en la etapa más tradicional de troupes de saltimbanquis– dentro de ese mundo de fantasías, dramas personales y espectáculos- y en cuyo contenido aparezca al menos una situación surrealista que abra las puertas a la libre interpretación y al juego creativo.
Espero que lo disfrutéis.

Rosa Fernanda Sánchez Sánchez
Posted at 22:43h, 28 mayoMe transportas a los tiempos en que todavía existía el circo, en todo su esplendor, pero a la vez describes las miserias y penurias de esos artistas que, aún con ese toque surrealista que le has dado a tu relato, no debe andar muy lejos de su realidad.
marcosplanet
Posted at 09:10h, 29 mayoMuchas gracias, Rosita, por tus palabras. La verdad es que debe ser muy difícil la vida de las personas entregadas a esa pasión que sienten por el circo y lo que debería representar como espectáculo tan mágico. Ese atractivo que, al menos antes, tenía de cara al público de todas las edades, ahora no se siente igual, creo que, más que nada debido a que las nuevas generaciones no lo sienten ya.
Nuria Espinosa
Posted at 16:13h, 27 mayoBuenas tardes Marcos, Tu relato me ha parecido muy original y con un tono entre trágico y absurdo que me ha mantenido sin levantar la vista desde el inicio. Presentas a un grupo de artistas de circo en decadencia, con problemas económicos y personales muy humanos, pero lo haces de forma irónica y crítica. La aparición repentina de un personaje extraño que promete resolverlo todo añade un aire surrealista e incluso inquietante. Me gustó cómo mezclaste lo cotidiano con lo fantástico, dejando una sensación ambigua entre esperanza y desconfianza.
Muy bueno la verdad. Un abrazo
marcosplanet
Posted at 11:08h, 28 mayoMuchas gracias por aportar tu opinión, que como sabes valoro mucho. Desgraciadamente, por un lado, el circo está condenado a desaparecer. Por otro lado,, es bastante lógico dados los problemas ante los que se presenta en estos tiempos que corren, donde los niños se decantan por otro tipo de atracciones y donde la exhibición de animales en cautividad, aparte de problemas económicos, lastran cada vez más a algunos de estos negocios.
¡Un abrazo!
Tarkion
Posted at 16:40h, 26 mayo¡Marcos!
Este micro es una pequeña bomba. Lo que más me ha llamado la atención es cómo mantienes una atmósfera decadente y al borde del colapso. Todo el elenco de personajes —desde Fortius Magnus hasta la mujer sable y el acróbata Ramirov— está construido con pocos trazos, pero transmiten perfectamente ese mundo cansado, de carencias y sueños ya bastante golpeados.
El tono tiene una mezcla de sátira, cansancio existencial y un punto surrealista que le sienta muy bien al texto. Grandigamo funciona como eje central: un tipo superado, pero que todavía conserva algo de cinismo lúcido. La irrupción del hombre trajeado —que de pronto dice ser el presidente— rompe el micro en dos, y eso me ha parecido un acierto. Cambia el ritmo, cambia el nivel de lo real, y mete al lector en un espacio inestable donde ya no sabes qué esperar.
Me gusta mucho que no expliques nada. No intentas justificar al personaje extraño ni aclarar si es un loco, un salvador improbable o una simple alucinación de Grandigamo. Esa ambigüedad, ese “y esto ahora qué es”, le da mucha fuerza al cierre. Uno se queda con la sensación de que el circo, en el fondo, no está tan lejos de lo que pasa ahí fuera.
Un micro, que bajo mi punto de vista, combina crítica social, surrealismo, ironía y cierta ternura desesperada. Buen ritmo, buen equilibrio entre lo dicho y lo sugerido, y una última imagen —la limusina entre roulottes— que cierra genial.
Muy redondo, compañero y en poco espacio, que ya sabes que eso a mí me resulta lo más complicado.
¡Un fuerte abrazo!
marcosplanet
Posted at 06:43h, 27 mayoQué voy a decir sobre tu extraordinario comentario, Miguel. Has hecho un análisis cabal y certero sobre todo lo que he querido expresar en el relato, detallando lo emocional, lo surrealista y lo cómico. Porque al final resulta cómico cuando se encuentra Grandigamo con esa especie de mecenas no definido claramente, pero que puede convertirse tanto en la solución a sus problemas como en su némesis.
¡Un abrazo fuerte!
Roselia Bezerra
Posted at 02:29h, 24 mayoOlá, Marcos!
Fui a um circo renomado no inicio do ano corrente.
Artistas circenses precisam de excelente preparo físico. Eles fazem um espetáculo em determinado horário, mas precisam de outras tantas horas se preparando.
Não ganham patrocínio e estão muitos à beira da falência.
Sem contar que tem que arrancar risos independente de mil divindades que estejam vivenciando.
Muito bom enredo você trouxe ao desafio.
Tenha um final de semana abençoado!
Abraços fraternos de paz
marcosplanet
Posted at 14:26h, 24 mayoMuchas gracias por tus palabras, Rosélia, coincido contigo en que la vida circense es complicada, poco reconocida y llena de obstáculos que no favorecen precisamente el desarrollo de su trabajo.
Un fuerte abrazo.
Artesanos de la palabra
Posted at 23:06h, 23 mayoHace muchísimos años que no voy a un circo, la última vez fue cuando lleve a mis hijos pequeñitos por aquel entonces y ya son adultos imagínate, me gustó mucho tu relato que encierra, por un lado, las miserias de quienes viven y trabajan allá, por otro la fantasía y por otro la locura, realmente me ha gustado.
Un abrazo.
PATRICIA F.
marcosplanet
Posted at 14:27h, 24 mayoMiserias, fantasía y locura, forman esa combinación que quise para la historia. Muchas gracias por tu opinión, Patricia.
Abrazos.
TRACYCORRECAMINOS
Posted at 08:57h, 23 mayoHas descrito fenomenalmente las penurias y miserias que deben darse en el acontecer diario de los circos y desde luego el surrealismo que se presta a ello a sacar tajada de esos aconteceres.
Un abrazo.
Gabiliante
Posted at 15:36h, 22 mayoPobre Tadeo. Así le pagan su generosidad. Respaldada o no de fondos. La intención es lo que cuenta… y Grandigamo no lo socorre… que vergüenza!!! Así les va en el circo. Aún sin fondos, era un buen fichaje.
Abrazooo
Xurxo
Posted at 13:52h, 22 mayoSí que te ha salido un relato de fantasía! Todos fantaseamos con la aparición de un mecenas así!
Saludillos 😉
marcosplanet
Posted at 07:22h, 23 mayoY que lo digas, para un final de cuento de hadas, aunque en este caso tendríamos que ver si l mecenas está suficientemente cuerdo y puede cumplir su propósito.
Saludos!
Josep Maria Panades Lopez
Posted at 10:19h, 22 mayoSurrealista sí que es, desde luego, je, je. Yo más bien me esperaba que quienes se llevan al, llamémosle, intruso, serían dos tipos fornidos con bata blanca, que le pondrían una camisa de fuerza y se lo llevarian en volandas a una abulancia, ja, ja, ja.
Pero quizá se trata de un millonario loco de atar, quién sabe.
Sea como sea, he disfrutado de la lectura. Vaya imaginación la tuya, amigo.
Un abrazo.
marcosplanet
Posted at 07:33h, 23 mayoMuchas gracias port us palabras, Josep. Me alegra mucho que te haya gustado esta historia y eso me anima a seguir urdiendo tramas, que es importante para un apasionado de las letras.
Otro abrazo para ti.
Mª José Sánchez
Posted at 07:37h, 22 mayoYo nunca he ido a un circo. A mí pueblo viene todos los años uno. Va cambiando de nombre. Pero aparentemente es el mismo. Aparcan sus caravanas, despliegan su lona y empieza el espectáculo. El suelo se llena de papeletas con ofertas para la entrada.
El último año llevaban una roulotte que ponía: «Colegio».
Me has hecho pensar en esa visión mientras te leía. Cuando paso por su campamento me parece sentir ese contraste de miseria diurna y grandilocuencia y fantasía de noche, en el espectáculo.
Eso sí, nunca había pensado en los «efectos secundarios» de las actuaciones. A veces pienso qué les moverá a llevar esa vida, que a mí se me asemeja tan difícil y llena de estrecheces. Y seguramente de dolencias.
Buenos, todo esto me ha hecho pensar tu relato.. ¡Ojalá les llegara a todos los circos un benefactor de vez en cuando que aliviara sus deudas!
Un placer leerte
marcosplanet
Posted at 07:36h, 23 mayoPues si, ojalá y hubiera una solución o alguna ayuda gubernamental para ellos. Es una lástima pero pienso que a los circos les va quedando cada vez menos recorrido, porque los gustos de los niños están cambiando a alta velocidad y en pocos años veremos sim siguen en pie. Siempre, sin embargo, estarán presentes entre los que pertenecemos a generaciones anteriores, con recuerdos mejores o peores.
Muchas gracias por tus palabras, Mª José.
Neogeminis
Posted at 06:23h, 22 mayoEl mundo de fantasía troca en locura a causa de las miserias cotidianas, esas que condicionan y hasta los más idealistas se vendan al mejor postor. Metáfora cruda de un futuro sin buenas perspectivas? Creo que así como esta es un final muy adecuado. Un abrazo, Marcos. Gracias por sumarte
marcosplanet
Posted at 07:39h, 23 mayoQuizá esté ahí el quid de la cuestión, el de la falta de futuro para un entretenimiento que las nuevas generaciones de niños, como dije en mi comentario a Mª José, ya empiezan a olvidarse del circo y están cambiando de chip.
Gisela de Manzanita Lectora
Posted at 06:00h, 22 mayoHola, Marcos. Tanto tiempo.
Que microrrelato tan interesante. Jamás he ido al circo, pero siempre ha llamado mi atención en la ficción, ya sea en películas, series o escritos. El final me ha tomado por sorpresa, pero me ha gustado todo.
También me ha emocionado la iniciativa. Que genial que a 2025 aún siga existiendo; recuerdo haber participado hace muchos años en un par de convocatorias, cuando tenía mi blog de escritura.
Te deseo una estupenda semana.
Saludos.
marcosplanet
Posted at 07:41h, 23 mayoMuchas gracias, Gisela. Coincido en todo contigo. El circo tiene un futuro incierto (creo que el presente ya lo es) y las nuevas generaciones de su público están cambiando sus preferencias.
Feliz semana para ti también. No dejes de pasarte por aquí. Tu opinión es muy bienvenida.
Saludos
Marifelita
Posted at 11:48h, 21 mayoHola Marcos!
Es que el circo, aunque cambien los tiempos, parece que siempre será igual. Con ese toque de desventura, personajes desamparados de la vida y dejados a su suerte! La vida de los artistas circenses es muy dura, sacrificada y con pocas garantias de tener un buen futuro. Me ha gustado mucho, un abrazote!
marcosplanet
Posted at 07:42h, 23 mayoOtro abrazo para ti, Marifelita. Gracias por pasarte.
Rovica
Posted at 23:42h, 20 mayoMuchos circos han enfrentado problemas económicos. Los artistas viven en caravanas, con recursos limitados, muchas veces sin acceso a servicios básicos.
Animales en cautiverio (en circos tradicionales). Los animales muchas veces eran maltratados o vivían en condiciones no adecuadas.
En la era digital, el circo ha perdido protagonismo. Olvido y decadencia, muchos artistas sobreviven como pueden, y las nuevas generaciones no siempre desean continuar la tradición.
Cuasargrande
Posted at 21:45h, 20 mayoLos circos dan miedo quizas debido a los payaso, en fin que los acrobatas tambien son asesinos o en general gente dada a matar sin mayor tapujo.
marcosplanet
Posted at 08:11h, 21 mayoJajajj, sii, todo ello es muy peliculero. Gracias por pasarte y comentar.
campirela_
Posted at 21:42h, 20 mayoEl circo como mejor espectáculo del mundo creo que ha dejado de ser, Además ha cambiado, mucho sus números, algunos han ido a mejor, otros son más merecedores de otro escenario.
Las deudas y el dinero siempre ha sido un problema para estas familias que no lo han tenido nada fácil, pequeñas familias en una sola, el circo como madre de todos los artistas ambulantes como fijos en plantilla. Un texto donde se refleja las miserias y las alegrías. Un saludo, Marcos.
Arenas
Posted at 21:10h, 20 mayoEstupendo final, yo no lo cambiaría jamás. Me parece que has descrito en pocas líneas las míserias y grandezas del circo. Gentes que se esmeran, o esmeraban más bien, en hacer felices a los demás y que vivían sus vidas atenazados por una profunda tristeza y amargura que nadie (NADIE) se preocupaba en sanar.
A mí las gentes del circo siempre me han producido más pena que risa. Recuerdo cuando el circo aquel en los años setenta se instalaba en el campillo del barrio de Pío XII. Una honda sensación de negrura me inundaba de pies a cabeza siempre que los visitaba. Has llegado al alma de aquellas gentes con suma y sintética perfección. Práticamente sí, como diría Tales.
marcosplanet
Posted at 08:14h, 21 mayoMuchas gracias, amigo, por ser tan gráfico en tus palabras y por introducir la añoranza que siempre puedo identificar. Por supuesto, aquel circo del campillo resultaba cercano y lejano aa la vez, como una dualidad inevitable donde se mezclaban sentimientos encontrados de amor y rechazo unidos a la compasión por las vidas de aquellos empleados y por las de los animales en cautividad. En fin, aquello no era una experiencia precisamente edificante.